¡Acabo de terminar mi último exámen del año! :D Y también ya tengo preparado mi regalo del amigo invisible bloggero ;) Bueno, aquí os dejo resultados de la última encuesta:
¿Publico mis relatos? :S
·¡Sí! ---- 12 (85%)
·No... Ya tengo suficiente escuhando tu vida ¬¬"---- 2 (14%)
Participación: 14 personas
Y ahora -lo prometido es deuda- y publico una de mis nunca-acabadas-por-falta-de-tiempo-aunque-ya-tuviera-pensado-final-y-detalles-y-me-da-mucha-rabia-que-esten-inacabadas (las llamaremos NAPFDTAYTPFYDYMDMRQEI en el DVSL xD) [aclaremos que la que tengo más avanzada en cuanto a trama no la tengo en el portátil, ya la colgaré :P]:
*Sin título aún* (¿ideas?)
1. Vida nueva
-¿Todo a su gusto?
-Sí –dije escuetamente.
Dejé la maleta cuidadosamente en el suelo, esperé a que la mujer cerrara la puerta y me senté sobre mi cama a observar lo que sería mi nueva habitación.
La habitación, de forma hexagonal, era inmensa en comparación con mi antigua casa. En la pared turquesa habían colocado con suma delicadeza y originalidad todas y cada una de mis fotos (incluso las que había hecho de pequeña). En el cuarto había televisión, un armario lleno de ropa nueva, una guitarra, mi nuevo material escolar y muchas cosas más que no me detuve a mirar con detenimiento. Mi vista se fijó en una de las seis paredes, que era toda una ventana y daba a la calle. De fondo se veía tanto el mar como la montaña.
Mi escritorio era, por lo menos, como dos bañeras de mi antigua casa, y encima de él había un portátil de color rojo, mi color favorito. Un metro más o menos sobre el escritorio, había un montón de estanterías llenas de libros. Me di cuenta de que había uno muy especial: “1999”.
Me levanté, con un poco de miedo por lo que me iba a encontrar, pero me armé de valor y respiré hondo, cogí el grueso libro y me senté en mi escritorio. Acaricié la cubierta, dañada y sucia, rota y quemada, y abrí el álbum con cuidado de no estropearlo aún más. Ahí la vi. La foto. La foto en que salía yo mirando mi primera cámara con mis padres sonriendo. La foto que nos hizo la abuela. Yo tenía dos coletitas y miraba fijamente el objetivo, mientras sacaba la lengua ridículamente. A mi izquierda estaba mi padre: tenía el pelo rizado, negro, ojos azules. Mi madre, a mi derecha, era rubia y tenía los ojos verdes. Tenía el pelo muy liso en la foto, pero yo recuerdo como, cuando lo llevaba ondulado, me dormía con ella viendo la tele mientras enroscaba un mechón suyo entre mis dedos.
No aguanté y me fui hacia la cama, que me comenzó a dejar de gustar, y me dieron ganas de chillar y de destrozar la habitación. Al cabo de unos minutos de llorar, picaron a la puerta.
-Soy mamá. ¿Se puede?
Eso me dio más ganas de llorar, pero me aguanté un poco. Sus intenciones eran buenas.
-No es un buen momento –solté, sollozando más de lo que yo pensaba que sollozaría.
-Como quieras. –Paula parecía avergonzada. Yo no quería hacerla sentir así, pero no podía haber dicho otra cosa. Habría sido peor que hubiera entrado y me hubiera visto tal y como estaba en esos momentos. Destrozada.
Estuve mucho rato tirada en la cama, encogida en posición fetal. Estuve tanto rato, que después no supe si había dormido también. Me levanté, me fregué los ojos y me encaminé hacia la puerta. Cuando salí me topé con Javier, que parecía estar meditando sobre si entrar o no.
-Iba a ver qué tal estabas –dijo ruborizado.
-Ahora, mejor. Gracias –dije, intentando forzar una sonrisa. Por la cara que puso, creo que no me salió muy bien.
-¿Necesitas algo o…?
-No, no. Estoy bien. Gracias, Javi.
Sonrió inapreciablemente cuando le llamé Javi, y yo me fui medio corriendo hacia el baño. Aún no estaba preparada para entablar una conversación con alguien durante más de dos minutos. Creo que Javier lo comprendió.
En el baño, cerré el pestillo y me lavé la cara unas cuatro o cinco veces. Quizá fueron seis. El caso es que después ya me sentía mucho mejor.
Bajé las escaleras y vi que ya estaban cenando.
-Pues fue alucinante. En la clase de historia… -Javier paró de hablar en cuanto vio que Pablo estaba haciéndole una mueca señalándome. Qué se pensaba, ¿que no me daría cuenta o qué?
Entonces Paula le hizo una mueca a Pablo, que le devolvió la mueca y Javier le hizo una mueca a Rosa señalando a Pablo y Paula. Pensé que yo era la única que no hacía muecas y me apunté al juego.
-¿Paramos de hacer muecas? –dije, haciendo una mueca.
Yo creo que ellos no sabían si disculparse o reír.
-Siéntate, cariño –me dijo Pablo con toda la buena intención.
Se hizo el silencio.
Me comencé a fijar en todos los miembros de la mesa, mientras comía mi plato favorito sin ganas.
Primero me fijé en Javier. Estaba delante de mí en la mesa. Era rubio, de ojos azules, tez blanca y llevaba una camiseta lisa naranja que le sentaba muy bien. Me pareció que se sentía un poco intimidado, porque miraba fijamente su plato y movía la comida con el tenedor. A veces se encontraba con mi mirada y volvía a mirar el plato rápidamente. Como no quería incomodarle, miré para otro lado.
Me comencé a fijar en Paula. Mi mamá. Era rubia, de pelo rizado y con ojos marrones. Lástima de los ojos. Mejor pensado, es mejor que no los tenga verdes. Quité ese pensamiento de mi cabeza. Miré para otro lado.
Rosa iba de aquí para allá, trayendo comida a la mesa. Tenían una sirvienta. Era regordeta, llevaba el pelo recogido cuidadosamente un moño y me recordaba a la de 101 dálmatas. Tenía cara de bonachona. Ella fue la que me acompañó por primera vez a mi habitación. Como ya me estaba cansando de mirar a Rosa, que no paraba quieta, mire a Pablo.
Pablo. El causante de todo. Cada vez que le miraba a los ojos me acordaba de… Mi padre. Eran exactos. Y tan amigos. De no ser por él, me habrían enviado a un orfanato. Ahora me tocaba vivir con esa familia.
Y hasta aquí el relato de hoy ^^
Criticad sin miedo, que no muerdo y quiero saber opiniones verdaderas ;D
Nos leemos,
Sedy*
Hola Sedy!!!
ResponderEliminarLa verdad es que tu relato me ha gustado mucho. Estaré esperando más relatos tuyos para poder leerlo. A mí también me encanta escribir, pero no me atrevo a publicarlos en mi blog.
Besitos :-)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el capitulo, de verdad. Quiero saber cuando sera el proximo capitulo ya que me ha enganchado.
ResponderEliminar¡¡Que mono es Javi!!
@Airun: ¡gracias! ^^ Cuelga tú también los tuyos ;D, que a mí tambien me daba cosa y mira... xD
ResponderEliminar@Sara: te elimino un comen, que has enviado dos veces ^^ Muchas gracias!!! Y sí... Javi es monísimo ;D (era su objetivo en el libro, pensar "quéeeee monoooooooo")
Dejando de lado si javi es mono o no (mare meva...xd) es bueno conocerte, así cuando lo leo es como un diario de bridget jones, es como si lo narrase tu voz (que no es nada malo aunque tu lo puedas pensar). Oye, pues la historia no está nada mal, el tema del orfanato y de "pablo" ("el causante de todo" "Xununún"), desata intriga.
ResponderEliminarBuen comienzo Sedy!^^
vaya, tanta mueca ya me estaba mareando al imaginarlo... jajaja, con todos los personajes yo ya me estoy formando todas la hipotesis posibles.. cuando subiras el siguiete? tengo ganitas!
ResponderEliminarun beso!